dimecres, 5 de maig del 2010

¡¡¡ESOS DEDOS..., FUERA DE LA NARIZ!!!


Hace días que me pregunto por qué está tan mal visto el hecho de comerse los mocos.
Llegué un día a esta reflexión después de haber llamado la atención a unos cuantos niños de la clase. El hecho de reñirles es algo que sale automático. Pero dado el número de veces que coincidió aquel día, me puse a pensar en ello. Y de repente me dio por pensar en cual era el atractivo que le encontraban los niños (y no tan solo los niños) al hecho de hurgarse en la nariz. La mayoría lo hacen como algo natural, del mismo modo que después meten en la boca la presa capturada. Desde nuestra posición, políticamente correcta, les reñimos, les decimos que eso no se hace y ponemos cara de asco frente a ese hecho. Pero ¿hay realmente algún fundamento para ello? ¿O es por pura costumbre el que esté mal visto?

Buscando información al respecto he encontrado que un neumólogo austriaco Friedrich Bischinger, después de diversos estudios, ha podido comprobar que los niños que se meten el dedo en la nariz consiguen mantener las fosas nasales más limpias ya que llegan a partes donde no se llega con el pañuelo y además dice: “La gente que se mete el dedo en la nariz y después se come los mocos, consigue reforzar su sistema inmunológico de una forma natural y gratuita. Y es que al comerse los mocos se expone al sistema digestivo a las bacterias acumuladas en la mucosidad, ayudando así a reforzar el sistema inmunológico de cada individuo. Los niños suelen practicarlo de forma instintiva, pero la presión social hace que cuando son mayores dejen de hacerlo.”
Encontré además que un grupo de investigadores británicos y estadounidenses ya habían señalado que el acto de meterse un dedo en la nariz es una actividad estimuladora de una parte del cerebro.
Vamos, que a partir de ahora tendré un serio dilema cada vez que vea a un niño concentrado en la prospección nasal y no sabré si es mejor increparle o animarle a que siga, no sabré si clasificarlo de listo o de guarro.

Con los adultos que ejercitan este deporte, especialmente mientras están parados en los semáforos, no me meteré, pero debo añadir que por último en una muestra tomada en un estudio realizado por Jeferson y Thompson afirma sobre los practicantes de este gesto:”parece que somos legión”.

5 comentaris:

  1. La verdad es que a mi me da un poco de "asquito" el tema de los mocos, claro que yo los veo mas a menudo en frascos de analíticas y en distintas tonalidades y cantidades. No recuerdo si yo lo practiqué de pequeña, ni recuerdo que mi madre me llamara la atención por ello. Si es cierto que entre los "peques" es algo muy extendido (y entre la gente que espera en los atascos) y si encima tienen prescripción facultativa y salen gratis, será cuestión de plantearselo.

    Besos descongestivos.

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  2. Los mocos son verdaderamente asquerosos. Eso del tema inmunológico lo leí hace tiempo, pero igualmente me dio asco xDDD y dudo mucho que lo ponga en práctica o deje que mi hijo lo haga. Eso de que es una especie de reflejo-costumbre (en los coches, por ejemplo) es verdad, al igual que comerse las uñas, que también se ve mucho por los retrovisores (hoy mismo), aunque no sea mi caso ni lo uno ni lo otro. También hay un reflejo-costumbre que no se que explicación médica tendrá (manejo algunas hipótesis), y es el rascarse o reubicar el contenido de nuestros pantalones a una cierta altura en momentos de distracción o ausencia mental xDDD (y juro que tampoco es mi caso) xDDDD Tendremos que buscar información xDDDD Ruego a los lectores me disculpen la ordinariez, pero no he podido evitarlo. (Apreciada Laura T., siempre puedes borrar este comentario por inapropiado xDDD)

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  3. Lenore: Si ya da asco ver como cada uno "juega" con los suyos, ni te cuento lo que tiene que ser verlos en frasquitos y poder contemplar diferentes aspectos. Buff!!!
    Dissortat: xDDDD Te confieso que también he pensado en ese gesto que citas y que nunca podré entender. Me alegro que no sea tu caso, lo encuentro de una bajeza extraordinaria y ya me perdonaran los que sufren esos picores. Yo sufro más de ver como se rascan.

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  4. Buff, dilema dice!, remordimientos un montón!, pobre hijita mía... A partir de hoy mismo incrementaré mi tolerancia. Gracias Laura!

    Por cierto, ella se llama como tú.

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  5. Vaja, ara resulta que és saludable i tot...! Sí, quin dilema.
    Haurem de deixar per la intimitat aquests costums que, com tants d'altres, són políticament incorrectes però que d'alguna manera ens 'agraden'???
    Aixxxx, darling, quins temitas que treus, jeje!

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