dissabte, 30 d’abril del 2011

El sabor de los días.

Se trata de una historia que refleja un pasado cercano y que retrata un costumbrismo que hoy ha desaparecido totalmente a pesar de que lo hemos vivido desde bastante cerca. ¡Hay que ver como han cambiado las cosas en pocos años! (o quizás no sean tan pocos). Estas historias gustan precisamente por eso, porque las vemos cercanas y las revivimos con nostalgia, les ponemos fácilmente imágenes cuando las leemos.

Mención aparte y no menos importante merece la prosa del autor, Juanan Urkijo, que me encanta. Admiro ese dominio semántico, esa riqueza de vocabulario, esa mezcla de lenguaje culto y sabiduría popular, esa amalgama de narrativa seria y buen sentido del humor, que permite que distintos lenguajes y distintos tonos compartan párrafos.

Vamos, que me ha gustado y que os lo recomiendo.




dimecres, 20 d’abril del 2011

Capiruchos mojados

No entiendo las lágrimas de quienes se visten con capirucho y no han podido salir a pasear a su Virgen por la lluvia. Sobre todo cuando además en todo el año se acercan a ver a esa virgen, ni entran en una iglesia, ni llevan a cabo una oración, ni actúan cristianamente.

No es justo que generalice, lo sé. Pero de estos que digo arriba hay muchos y además son los que más se ven, precisamente porque lo que les gusta es la pompa, el folclore, el teatro. Y sin embargo los que lo sienten de verdad quizás lloran en silencio y actúan con más sinceridad.

dijous, 7 d’abril del 2011

Armas Poderosas

Para quien no entienda el enlace en versión original (catalán) que escuché el otro día en la radio, he traducido el texto porque creo que es precioso y vale la pena leerlo.

"Hay mañanas que decido utilizar el arma más efectiva que tengo.
Me levanto y encaro el día con ella, a punto, preparada para actuar en cualquier situación. Cuando voy a comprar el pan la enseño sin vergüenza, atrevida, y me dan el pan más tierno; cuando subo en el autobús el conductor me mira extrañado pero enseguida es amable conmigo y me da el billete más bonito que tiene en la pila.

Mi arma lo consigue todo y no hay nadie que se pueda resistir, es infalible, silenciosa y discreta y tiene una efectividad del 95%. Hay mañanas que la utilizo en todas partes, con todo el mundo: en el trabajo con un compañero, en el restaurante con la camarera y en el gimnasio con aquel hombre fuerte que se ha enamorado del reflejo del espejo.

Me gusta mi arma y me gusta como me hace sentir: poderosa, segura, tranquila…

Yo no soy la única que tiene esta arma que todo lo consigue. Todo el mundo tiene una. Algunos la esconden, otros no recuerdan donde la pusieron y la mayoría solo la utiliza cuando bajan la guardia o cuando están desesperados.

Yo hoy os animo a hacerla servir porque, creed, ningún arma consigue tantas cosas como el arma de una sonrisa."